miércoles, 15 de abril de 2009

El secuestro del palacio metropolitano


El sentido común es muy poco común
Horace Greeley (1811-1872)
Idealista y líder de opinión estadounidense.
El palacio desde dónde debe despachar el Alcalde Metropolitano está secuestrado y dañado por las turbas afectas a Presidente Chávez. Eso crea dificultades, pero no impide que el Dr. Antonio Ledezma, adelante su gestión de gobierno a favor de los habitantes de la gran Caracas. El mejor palacio es el que encuentra en el corazón de la gente que lo eligió. No hay lloriqueos, parálisis, ni mucho menos falta de voluntad. Como buen llanero el alcalde sabe que “El hombre es del tamaño del compromiso que se le presenta” y lo está demostrando. Es lo que indica el sentido común.

Despachos itinerantes, oficinas alquiladas, otras cedidas por los alcaldes demócratas, las propias secuestradas. No importa. Hay que adelantar el trabajo. Asumir el compromiso para el cual fue electo por la voluntad popular. Administrar con decencia, eficiencia y sentido colectivo los dineros de los caraqueños. Ese esfuerzo tiene sus compensación, retribución y gratificación. Es bien recibido, aclamado, elogiado y aplaudido en los sectores populares. Su acción de gobierno es para todos los vecinos sin sectarismos y mezquindades. Un ejemplo a seguir.

Los secuestradores del Palacio Metropolitano se quedaron con los crespos hechos. El alcalde Ledezma, les ha dicho y repetido hasta la saciedad que no cederá al chantaje de los parásitos de esas nóminas fantasmas. Los dineros de los caraqueños, son de todos y en todos deben ser invertidos para mejorarle su calidad de vida. También les manda un mensaje. Para servirle a los vecinos que lo eligieron no importa que despache debajo de una mata de mango, una carpa, el rancho de un vecino o alguna oficina alquilada, cedida en préstamo o en algún sitio que requiera de su presencia y acción de gobierno. La voluntad, el entusiasmo y el compromiso no podrán, ni pueden secuestrarlo.

El Alcalde Metropolitano, instaló el Consejo Metropolitano de gobierno. Instancia que nunca su antecesor pudo o no quiso convocar, instalar y menos coordinar como era su responsabilidad. Antonio Ledezma, lo hizo y colocó en menos de 2 meses sobre la mesa de discusión, la mancomunidad de Aseo Urbano, la coordinación policial, la organización del transporte, la taquilla única digitalizada para todas las alcaldías, instaló el Instituto Metropolitano de Urbanismo, se nombró consensualmente la Autoridad Única de Transporte, los Programas de Justicia Y Paz y muchos otros planes y proyectos que estaban en mora y ahora están en pleno desarrollo para beneficio de los habitantes de la Gran Caracas. Diligencia y eficiencia es el sello del gobierno metropolitano.

Esas acciones, ese trabajo, esa gestión, esas tareas que son propias del un Alcalde Metropolitano serio, responsable, capaz, honesto y comprometido con sus electores, en vez de encontrar eco en el gobierno nacional para contribuir entre todos a la solución de los graves problemas que asolan a los vecinos de la Gran Caracas, muy por el contrario, despertó la rabia, ira y furia del Presidente Chávez y sus compinches, quienes con sus acciones violentas y al margen de la ley y la constitución, pretenden jugar al fracaso del gobierno metropolitano que los caraqueños se dieron en libérrimas elecciones. No lo han logrado ni lo lograrán y como el pueblo sabe más que corocoro frito, a la hora de otorgar, premios y castigos actuará con justicia. No habrá sorpresas en las próximas elecciones.

El supremo tribunal del soberano, dicta sentencias justas, equilibradas e inapelables. No os equivoquéis. Hay que actuar con sentido común, aún entendiendo que en esta revolución, pareciera que el sentido común, es poco común. Dios los agarre confesados.

martes, 14 de abril de 2009

Los suelditos de los héroes de la revolución

"El que ríe es que no ha
oído las terribles noticias

Bertolt Brecht 1898-1956)
Poeta y dramaturgo alemán.
En democracia no hay, ni puede haber secretos. Los sueldos de los altos funcionarios, deben ser del dominio público. Quien está al servicio del estado, los que devengan ingresos provenientes del tesoro nacional, que es de todos los nacionales o sea de todos los venezolanos, no pueden ocultar la cantidad de dinero que obtienen como servidores públicos. Es más, antes y después del ejercicio del cargo, están obligados por ley, a declarar sus bienes y esos documentos, también deben estar a disposición de los interesados o cualquier organismo contralor que los requiera. Transparencia y cuentas claras signos de una democracia sana.

Todos en Venezuela, vemos con estupefacción, como los altos funcionarios públicos devengan sueldos, bonos de producción, meses de aguinaldos de casi un año, viáticos y todo tipo de estipendios astronómicos que los convirtieron en esta revolución bonita (para ellos) en la nueva burguesía criolla y que acertadamente fue bautizada por el viejo líder izquierdista Domingo Alberto Rangel como la “boligurguesía” Todos, menos el “inocente” presidente Chávez, conocía esa situación. Lusinchi fue engañado por el FMI y a Chávez lo engañan sus propios aliados revolucionarios de su gobierno. ¡Que abuso de confianza! No sabía y no sabe cuanto ganan sus camaradas. A confesión de parte, relevo de pruebas. Lo engañan.

Lo que todos veíamos con estupefacción, fue extremado a límites volcánicos por el Contralor General de la Nación. Develó dos realidades que todos los venezolanos conocen y sufren en carne propia. 1.) los astronómicos sueldos de los funcionarios públicos. 2.) los alarmantes niveles de inseguridad que vivimos en el país. “No se pueden revelar, publicar, informar, divulgar y menos propagar los escandalosos ingresos de los sufridos, abnegados y sacrificados héroes de la revolución porque corren el riesgo de ser víctimas del hampa organizada. ¡Pamplinas! Ganan de más y hay inseguridad. Descubrió el agua tibia. ¡Al fin! Es para coger palco.

¿Tienen tantos ingresos que son unas presas atractivas para el hampa organizada? ¿Hay en Venezuela tanta inseguridad? ¿No tienen esos héroes de la revolución suficiente protección oficial? ¿Es tan permeable la seguridad de los altos funcionarios? ¿Cuándo se dio cuenta el Contralor que las bandas organizadas, no sólo asesinan a los pobres en las calles, sino que también pueden ir contra los bienes de fortuna de los altos funcionarios? ¿Y los venezolanos que fruto de su trabajo honesto, laborioso y de años poseen bienes de fortuna quién los protege? No hay gobierno. Sálvese el que pueda.

A la “boliburguesía”, nos confiesa el inefable Contralor General de la República, no se le pueden divulgar sus “modestos suelditos”. Eso los expondría a la codicia del hampa organizada. Esos sufridos, abnegados y sacrificados héroes de la revolución, no trabajan y elaboran planes, proyectos, estrategias para combatir el hampa, ¡No! le tienen miedo y les da taquicardia el sólo pensar que la delincuencia pueda robarles los “exiguos” ingresos que provienen del erario público. ¡Viva el socialismo del siglo XXI! ¡Viva la revolución! ¡Cuidemos a nuestros héroes de la revolución! ¡No le divulguemos sus suelditos! Ellos sirven a la patria sin más contraprestación que la satisfacción del deber cumplido. Agárreme ese trompo en la uña pa’ ve si taratatea.

Sí la cuestión no fuera tan seria diera ganas de reír. Pero como esas terribles noticias salariales, no las leeremos por orden del Contralor, podemos seguir riendo. Y, que tragedia, cuando los gobernantes se ríen de su pueblo. ¡Fin de mundo!