domingo, 22 de marzo de 2009

La liquidación de la descentralización

Nadie es dueño de la multitud
aunque crea tenerla dominada

Eugene Lonesco (1912-1994)
Dramaturgo francés de origen rumano.
El hecho histórico democrático más revolucionario del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez Rodríguez, fue el impulso, aprobación y puesta en marcha del proceso de descentralización. La sociedad demandaba y continúa demandando que las decisiones que afecten de alguna manera la suerte de sus comunidades, municipios y estados sean consultadas, tomadas y ejecutadas los más cerca de los vecinos que sea posible. El gobierno central lucía y todavía luce paquidérmico, hipertrofiado, corrupto, ineficaz y muy lejano de las realidades que vive la provincia. Elegimos, exigimos y él ó los qué no cumplan; se van y renace de nuevo la esperanza. Hay que avanzar y profundizar la descentralización y por ende la democracia electiva, participativa y protagónica.

Bajo ningún concepto, argumento u obsesión debe permitirse volver al pasado. Esa experiencia centralizadora ya superada con la descentralización fue nefasta. Todas las decisiones se tomaban en Caracas, los recursos eran distribuidos a capricho de los “lideres nacionales” las prioridades las establecían unos burócratas que no sabían dónde quedaba la ciudad a la cual le asignaban recursos y mucho menos conocían sus problemas. Era la mayor perversidad. Llegaban contratistas con carpetas bajo el brazo, ejecutaban las obras a la machinberra, no había contraloría social y, sí algún vecino, dirigente vecinal o político reclamaba, lo amenazaban con ponerlo en la mala en Caracas. Los tipos venían blindados, guapos y apoyados.

La intención principal del proceso de descentralización, fue acercar el poder al pueblo, a las comunidades, a los vecinos. Nació la Ley Orgánica del Régimen Municipal que le dio carácter legal al movimiento vecinal. Surgió la Ley de Elección y Remoción de alcaldes y gobernadores, la elección de los concejales y miembros de Juntas Parroquiales. Todas estás leyes tienen rango constitucional, han sido mejoradas y, aún cuado persisten muchas fallas, se inicio el proceso descentralizador lentamente. Elegimos, alcaldes y gobernadores muy débiles en las primeras del cambio. Las competencias y recursos hubo que pelearlos en Caracas y paulatinamente fue mejorando la situación hasta acabar con las odiosas y corruptas alcabalas. En esa lucha todavía andamos, pero hemos avanzado.

No es menos cierto que los vecinos organizados empezaron a jugar un papel participativo y protagónico. Los presupuestos regionales se discuten con los alcaldes y concejales quienes a su vez previamente consultan las prioridades a los vecinos. Los presupuestos locales se discuten con los Consejos Comunales y demás organizaciones de la sociedad civil y somos nosotros más autónomos en la construcción de nuestros destinos, en la solución de nuestros problemas y en la mejoría de nuestra calidad de vida. Eso es lo fundamental y no podemos permitir que nos lo quiten liquidando el proceso de descentralización. La batalla hoy es por preservar nuestras conquistas y avanzar en la profundización de la democracia participativa y protagónica. Pa’ atrás ni para coger impulso.
Los que creen que tienen dominada las grandes multitudes, no son sus dueños. Los vecinos aspiramos, queremos y tenemos que poseer autonomía en la construcción de nuestro propio destino. Con la liquidación de la descentralización este gobierno juega con candela y nos pretende privar de la conquista revolucionaria democrática más importante de los últimos 50 años de vida democrática. El que tenga ojos que vea.

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