miércoles, 20 de enero de 2010

Contacto con la realidad

La mejor manera de escapar de
tus problemas es resolverlos
Dr. Robert Anthony (1916-)
Educador y escritor estadounidense.

Una gran mayoría de venezolanos, puso sus esperanzas en el golpista fracasado Hugo Rafael Chávez Frías. La conexión emotiva entre el líder y su masa de seguidores, fue solidificándose en la medida que la cháchara presidencial fue interpretando cabalmente la problemática que agobiaba al país. En sus discursos actuó como encantador de serpientes. Entonó la música que era agradable al oído del soberano, exacerbó la división de clases, y elevó el populismo a grados superlativos. Embobó a buena parte del soberano.

Con la palabra y no con los hechos convencía a sus seguidores y a gran número de los llamados Ni NI, de que sus políticas públicas se orientaban a solucionar los problemas estructurales de la sociedad, ofrecía que en 10 años no habría pobres, que cuando iniciará su segunda década toda Venezuela empezaría a entrar en el paraíso prometido. Existirían servicios públicos eficientes, una economía estable, un aparato productivo robusto – en el campo y en la ciudad – pleno empleo, no habría inflación en los productos de la dieta diaria, bienes y servicios y estaría derrotada la especulación. Un bolívar fuerte, en una economía fuerte y nuestra calidad de vida optimizada. La propia siembra de esperanzas. La realidad es terca y los resultados evidentemente son desastrosos y pavorosos para todos. Escuálidos y rojos rojitos.

La cháchara populista no tenía límites. La ilusión de muchos venezolanos se acrecentaba. Los precios del petróleo barrieron todos los record y alcanzó niveles jamás soñados. Los electores se volcaron en las urnas electorales para garantizarle al nuevo Mesías mayoría parlamentaria absoluta. Los poderes públicos fueron colocados al servicio del llamado proceso y su amado líder. Le faltaba un poco de más tiempo para llevarnos al paraíso soñado. Un período, repetía, es muy limitado y necesitaba atornillarse en el poder. Lo reeligieron 2 veces, va a mitad de su tercer mandato, logró enmendar la constitución y amenaza con un cuarto, un quinto y hasta el resto de sus días. Todo el poder para los rojos rojitos y nada que mejora el enfermo. El desastre se acrecienta.

La mayoría de los venezolanos le entregaron un cheque en blanco. En 11 años, los resultados no pueden ser más frustrantes. Los problemas se acrecentaron, la corrupción de la cuarta hizo metástasis en la quinta, los precios del petróleo se multiplicaron en 7.5%, de 70 dólares, saltaron a 75 promedio anual, el llamado y promocionado bolívar fuerte con las devaluaciones perdió 90% veces su poder adquisitivo, no hubo previsión, inversión y planes para el país, toda la gran fortuna de los venezolanos fue regalada a manos llenas a otros países, los chavoburgueses se roban la otra parte y ahora llegamos a un nivel de desgracia que nos obligan a vivir en tinieblas. Peor desempeño imposible. Hasta la luz se le fue a la robolución.

Los encantadores de serpientes, prestidigitadores, ilusionistas que no acompañan con ejecutorias, acciones y hechos concretos sus habilidades histriónicas, les llega el momento de hacer contacto con la realidad. Una mentira no se puede sostener tanto tiempo. Ya lo aseguraba doctamente el estadista estadounidense Abraham Lincoln “se puede engañar todo el tiempo a una parte del pueblo y a todo el pueblo una parte del tiempo, pero no se puede engañar todo el tiempo a todo el pueblo” y hay quienes dicen sabiamente, “la popularidad como la medicina, tiene fecha de vencimiento” y “a todo cochino gordo le llega su sábado” Chávez, dixit.

El contacto con la realidad nos indica con precisión que Chávez no es la solución de nuestros problemas. Chávez es el problema. En las elecciones parlamentarias, el elector sabrá con precisión, como empezar a resolver y escapar de esta tragedia roja rojita. El desastre que usted ve, cuando llega la luz, no necesita anteojos. A buen entendedor pocas palabras.

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