lunes, 5 de septiembre de 2011

El Tigre: una década perdida

Al holgazán se le cae el techo; al que no hace nada toda la casa
La Biblia.


En la ciudad no mejora el enfermo. Van más de diez años de gobiernos rojos rojitos. Los problemas de fondo de la comunidad se han acrecentado. La ciudad crece anárquicamente. No hay voluntad política para actualizar el Plan de Desarrollo Urbano Local (PDUL). Los drenajes, que son de vieja data, cada día son más insuficientes para recoger la carga pluviométrica. El corredor vial, que fue una esperanza, se perdió. La revolución del gas fue pura ilusión. Ni un metro de gasoducto ha sido instalado. El servicio de agua sigue siendo bien limitado. Las cloacas se desbordan hasta en el centro y, por ahora, no hay esperanzas, que estos problemas, tengan solución. La abulia es total.

Hemos dicho y repetido hasta la saciedad. Hay que trabajar y concretar un proyecto para la solución definitiva del servicio de agua. Ubicar el terreno para el nuevo campo de pozos. Cuantificar el costo de la perforación, el sistema de almacenamiento, sistema de tratamiento, bombeo y las tuberías para incorporarlo al acueducto instalado. En ese orden de ideas, hay que pensar en las futuras demandas y en sustituir la vieja y obsoleta matriz que ya cumplió su ciclo de vida útil probable. Es cuestión de poseer visión de futuro. ¿Recursos? Nuestra zona produce en exceso. No hay excusas.

Con el Plan de Desarrollo Urbano Local, se ordenaría el crecimiento de la ciudad y se le daría organicidad a todos los procesos para un ordenamiento armónico y sustentable de la urbe moderna en la cual aspiramos que vivan las actuales y próximas generaciones de tígrenses. Hay que rescatar el relleno sanitario y contratar una empresa especializada en la recolección de la basura en todos los rincones de la ciudad. Las tarifas tienen que ser concertadas y en buena parte subsidiadas por la alcaldía. Nunca olvidemos que la gerencia pública tiene una gran responsabilidad social. Los servicios públicos deben ser gratuitos o al menor costo posible. Hay que distribuir las cargas.

La responsabilidad, compromiso con la ciudad, obliga atender con eficiencia, eficacia y diligencia servicios básicos. El matadero, el cementerio, las instituciones culturales, los campos deportivos, el alumbrado público, los mercados, el ornato en áreas comunes, las plazas y parques, cloacas y alcantarillados, el servicio de transporte públicos y el abastecimiento de productos de consumo de primera necesidad, entre otras competencias que le son propias al gerente del municipio. Todos servicios fundamentales, para mejorar la calidad de vida de los vecinos. En esta década roja rojita, que se perdió ha cundido el pata e’ rrolismo. Esas competencias no las cumplido y están en el suelo. Basta visitar una.

El Tigre, merece un destino mejor. En estos 10 años rojos rojitos, hemos retrocedido. Se perdió una década. En lo que resta del período no hay esperanzas. La ciudad está bajo la égida del peor alcalde de la historia. Un holgazán que no hace absolutamente nada. El despilfarro, la malversación y la dilapidación de los recursos públicos, están a la orden del día. La infraestructura urbana se cae a pedazos por los cuatro costados y la nulidad engreída, que nos desgobierna, ni se da por enterado. El desastre es total.

A todo cochino gordo (de billete) le llega su sábado y como a la hora de pagar nadie es tramposo, en las elecciones del 2012, la paliza que se llevarán los rojos rojitos, en el municipio Simón Rodríguez, será de tronío. Hasta los chavistas de a pie, que son nuestros amigos, profetizan que los candidatos de la Alternativa Democrática, les darán una paliza en las urnas electorales, que superará los 30 mil votos. Vox populi vox dei.

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