sábado, 10 de diciembre de 2011

Amnistía general, un clamor nacional

El odio y la división se come a Venezuela. Tenemos que construir juntos
Huáscar Barradas.
Una flauta mágica y universal.


Aclaro: no es clemencia, es justicia. No es una solicitud gracioso, es una necesidad. Venezuela, no puede continuar dividida, polarizada y menos llena de odio. Todos cabemos en esta patria grande. Estamos obligados a cohabitar con nuestras naturales diferencias. Nadie es más patriota que otro. Todos queremos la grandeza, soberanía y libertad completa de la patria. La paz, la unidad y la tranquilidad, son necesarios para construir juntos, el gran país que todos soñamos. Una verdadera democracia, no tiene exiliados, presos y perseguidos políticos. Sine qua non.

La navidad, es fecha propicia, para el reencuentro, la reconciliación y lograr la unidad de todos los hijos de Venezuela. Más de 2.400 compatriotas están bajo alguna amenaza de la justicia. Conciudadanos exiliados, presos, perseguidos, con prohibición de salida de país, con juicios abiertos, con prohibición de hablar de sus casos y otros con causas abiertas que los obligan a presentarse periódicamente ante los tribunales. Esa penosa situación hay que corregirla. Magnanimidad. La gloria es eterna.

Un gobierno, que se precie de ser democrático, no tiene exiliados, presos y perseguidos políticos. Chávez, después de su sangrienta intentona golpista, fue objeto de la magnanimidad de un demócrata, como fue el Dr. Rafael Caldera. Esa gloria le es eterna. Hoy Venezuela, espera un gesto de grandeza, magnificencia y generosidad de Chávez. Él fue objeto de un perdón presidencial. La historia le reclama ahora, que permita la aprobación, por parte de su mayoría parlamentaria, de alguno de los 3 proyectos de Ley de Amnistía General, que reposan en la Asamblea Nacional o decrete la amnistía general. Lo que es igual no es trampa.

Hay que enterrar el odio y la división, que se come a Venezuela. Es hora del perdón, del olvido y marchar todos juntos, unidos en un solo haz de voluntades, para construir la patria grande, que todos soñamos. En 2012 habrá elecciones presidenciales. Hay que llegar a esa fecha hermanados y, dirimir nuestras diferencias, mediante la única arma de los demócratas: EL VOTO. Hagamos de esa jornada electoral, una gran fiesta democrática y demos ejemplo al mundo de respeto, tolerancia y civismo. Claro que se puede. Un poco de voluntad política basta. La patria reclama grandeza de sus gobernantes. Hay ponerle el oído al pueblo.

Aboguemos todos, la aprobación de una Ley de Amnistía General. Roguemos respetuosamente al señor Presidente, que haciendo uso de sus atribuciones constitucionales, decrete la Amnistía general. Es imperativo, para cerrar las heridas, los odios y las divisiones. Hay que vencer las miserias. Esa es la grandeza. Chávez, la unidad de Venezuela, espera por vuestra magnanimidad. No os dejes esperando. Ese gesto sería una verdadera y autentica revolución. Amnistía general, Un clamor nacional.

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