martes, 4 de agosto de 2009

Caracas: legitimidad, dignidad y voluntad

Más cuesta mantener el equilibrio de la
libertad que soportar el peso de la tiranía

Simón Bolívar (15.2.1819)


“Dios concede la victoria a la constancia” sentenció sabiamente nuestro Libertador Simón Bolívar. El pueblo de Caracas, le concedió la victoria a la constancia, dedicación y vocación de servicio del Dr. Antonio Ledezma. Hoy, atónitos ante el vulgar despojo de que es objeto, le continúa reconociendo coraje, dignidad, voluntad y le ratifica su legitimidad, que le da soporte moral para sortear todos los obstáculos. La bota militar, el autoritarismo y el golpe continuado a la institucionalidad, más que debilitarlo, lo fortaleza y está obteniendo la victoria más trascendental e importante: la de la opinión pública.

“La primera de todas las fuerzas es la opinión pública” también con su inmensa sabiduría reconoció nuestro Libertador Simón Bolívar. El autócrata, dice, repite, amenaza y se solaza enseñando el gorila que lleva en su interior y formación autocrática. “Esta revolución está armada” haciendo alusión a las armas de la república. Equivocado de metra a metra. Los soldados venezolanos nunca utilizarán el poder de fuego que manejan para cuidar la soberanía de la patria contra un pueblo desarmado e inerme. En democracia la batalla es de ideas y la victoria se obtiene con votos. En esta mal llamada revolución las primeras fusiladas son las ideas y el desprecio por la opinión pública es evidente. El estado soy yo. Luís XIV dixit. En tiempos de absolutismo monárquico.

“Ser respetados es más que ser libres; además, bajo la dictadura ¿Quién puede hablar de libertad? ¡Compadezcámonos mutuamente del pueblo que obedece y del hombre que manda solo!” Igualmente nos ilustró nuestro Libertador Simón Bolívar. Es por eso que el Dr. Antonio Ledezma, que ganó limpiamente las elecciones como Alcalde Metropolitano, no defiende el cargo, las competencias y los presupuestos. Lo que impulsa su dignidad, coraje y voluntad de combate democrático es la preservación de la institucionalidad, la legitimidad y el respeto a la voluntad popular. Posee la misma fuente de legitimidad de Chávez. Logró la mayoría y es la autoridad electa. Es la regla de oro democrática. Eso hay que respetarlo y acatarlo.

“La soberanía del pueblo es la única autoridad legítima de las naciones” reconoció nuestro Libertador Simón Bolívar. Reconocimiento que no es ajeno al pueblo que la ejerce mediante el voto universal, directo y secreto. Esa autoridad reside intransferiblemente en el pueblo y cerca de 800 mil electores le concedieron la victoria al Dr. Antonio Ledezma, lo revistieron de legitimidad y el golpe continuado de que es víctima, no es contra él en particular. Es contra el pueblo que lo eligió y la Constitución Bolivariana de Venezuela. Podrán confiscar palacios, instalaciones, vehículos, maquinarias, equipos, oficinas, presupuestos, competencias y hasta los espacios públicos, pero lo que no podrán, nunca en la vida jamás es, confiscarle la legitimidad. Es la da y la quita nada más y nada menos que el pueblo soberano. Nunca lo olvidéis.

“La noble decencia honra a quien la usa” potente y viva la palabra de nuestro Libertador Simón Bolívar. La decencia, la dignidad y el coraje demostrado por el Alcalde Metropolitano, no es signo de debilidad. Es la fortaleza que posee de la legitimidad, integridad, dignidad y voluntad de combate que surge de la voluntad popular. El régimen le tiene pavor al poder originario. No hay un ápice de dudas: perdieron el apoyo popular. Es mejor mantener la libertad que llevar el peso histórico de la tiranía. “Seguid el ejemplo que Caracas dio”

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