lunes, 3 de agosto de 2009

La defensa de la libertad

No conviene que la opinión y las leyes estén en las mismas
manos, y que toda la fuerza esté concentrada en el gobierno

Simón Bolívar.

La lucha por la defensa de la libertad es constante, diaria, hora a hora, minuto a minuto y segundo a segundo. Los peligros que la acechan son persistentes, tercos e incansables. Regularmente los que acceden al poder haciendo uso de la democracia, la libertad y la alternabilidad, se convierten en muy poco tiempo, en sus más acérrimos enemigos. Utilizan las reglas del juego democrático para llegar al gobierno, una vez allí, se creen predestinados, tocados por un hálito divino que los convierte en dueños absolutos de la verdad, de la vida, los bienes y los destinos de los gobernados. Es la desviación más cruel y perversa del poder. Más que una mentalidad autocrática, tiránica y dictatorial es pobreza de espíritu, debilidad y miedo a la opinión pública.

Simón Bolívar, conciente de los peligros que acechan a la libertad, siempre les recordó a los hombres de armas que “Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es arbitro de las leyes ni del gobierno; es el defensor de su libertad” El Presidente Chávez, que reivindica con orgullo ser soldado, heredero de las glorias del libertador y su exegeta infalible, esta obligado a revisar su manera de actuar, ya que es radicalmente opuesto a las enseñanzas que nos lego nuestro padre de la patria. Cerrar medios de comunicación social, no hace recordar que Bolívar también alertaba que: “De lo heroico a lo ridículo no hay más que un paso” llamarse bolivariano y accionar a contrapelo de su pensamiento está a ese paso de lo ridículo y revela el miedo a la opinión pública.

Hitler siempre actúo apegado a derecho. Todas las tropelías, crímenes y genocidios que cometió, los revistió de carácter legal. Tenía un parlamento que le aprobaba cuantas leyes necesitó para atropellar, proscribir y perseguir a quien o quienes no pensaban o no apoyaban sus demencias. En Venezuela, guardando las distancias y los personajes por ahora, pareciera que vamos por el mismo camino. El Presidente Chávez es el ordena hacer las leyes, las interpreta, las aplica y como gobierno arbitra las acciones para que utilicen con todo su peso y rigor, contra los medios de comunicación social, que no les son afectos. Cierran medios y más que poder y fuerza demuestran una gran debilidad y miedo a la opinión pública.

Chavistas y no chavistas, oficialistas y opositores, rojos rojitos y escuálidos, todos, absolutamente todos, que poseemos formación y mentalidad democrática, debemos cerrar filas para defender la libertad, la democracia, la pluralidad, la alternabilidad y los medios de comunicación social. No hay, ni habrá pluralidad y democracia si no existen medios libres, independientes y críticos. La hegemonía comunicacional sólo coexiste en regimenes dictatoriales. Hay que abrir lo ojos, la arremetida tiene tamaño, dientes, garras y pelaje de gorila. Esa forma de demostrar poder y fuerza denotan una gran debilidad y miedo a la opinión publica o sea pavor al pueblo.
Y nunca olvidéis que Simón Bolívar nos recordó “el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad” y hoy en Venezuela la única ley es la política autocrática y dictatorial de Hugo Chávez que garantiza todos los poderes y “eso” no es justicia y menos garantiza la libertad.

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