domingo, 28 de noviembre de 2010

La quinta columna revolucionaria

No enciendas la hoguera contra tu enemigo tanto,
que te chamusques a ti mismo
William Shakespeare (1564-1616)
Poeta y autor teatral inglés.


Vivimos la era del chivo expiatorio. El gobierno no es responsable de lo que sucede en el país. Ya no se puede acusar a la cuarta república del desastre, tampoco a los sectores de oposición, menos a que no hay suficiente apoyo en las instituciones del estado. Entonces apelan al ridículo argumento de la quinta columna y los enemigos externos. No hay peor ciego que el que no quiere ver y, bien estúpido, el que cree que el pueblo venezolano es un hatajo de estúpidos. El enemigo externo está identificado: el imperio yanqui. La quinta columna la denuncian, la mencionan y la atacan, pero no la identifican. ¿Duermen con el enemigo? ¿Hay en el chavismo quien tenga lealtades ocultas con la oposición? Ese responsable está latente y será el chivo expiatorio en su momento. Amanecerá y veremos.

El imperio yanqui que es el supuesto enemigo externo, no le preocupa la artillería verbal del soez y escatológica del comandante-presidente. Ellos tienen garantizado el suministro de energía, léase el petróleo, para alimentar su terrible maquinaria bélica con la cual avasallan, subyugan y someten a los pueblos más débiles. Una revolución que se respete, no alimenta un monstruo que lo puede devorar. Ese supuesto enemigo externo, sólo existe en la mente manipuladora del aparato propagandístico oficial y, no se lo creen, ni los mismos que disparan esa metralleta mediática, intentando manipular a la opinión pública nacional. Nadie hace negocios con el enemigo. A otro perro con ese hueso.

La quinta columna que denuncian, mencionan y atacan está oculta, agazapada y entregada a la oposición, según los revolucionarios más radicales y son los culpables del desplome de la revolución en todos los estratos de la sociedad venezolana. Tienen un chivo expiatorio parido de sus mismas filas a quien culpan del desastre gubernamental. No encuentran a quien echarle el muerto. Los compatriotas ya no les creen. Perdieron las elecciones legislativas y cantan una victoria revolucionaria. ¿Cuándo y dónde se ha visto ganar una elección con menos votos? Lo verdaderamente revolucionario fue la victoria del pueblo, que a pesar de la reingeniería de los circuitos electorales para favorecer al chavismo, los derrotó en el voto popular. Esa es la verdad que lo tiene locos.

La verdadera quinta columna de la revolución está a ojos vista del pueblo. La pavorosa corrupción – hasta los reales de las areperas socialistas se los roban – la ineficacia, incompetencia y desidia del burocratismo chavista. El desorden administrativo que no permite ni preveer el pago de las bonificaciones de fin de año a los empleados públicos. El galopante desempleo. El alto costo de la vida. La crisis de la salud que está en terapia intensiva. La incontrolable inflación que diezma el bolsillo de todos los venezolanos. La aterradora ineptitud para medio hacer funcionar los servicios públicos y la horripilante inseguridad. Esas son las verdaderas quintas columnas que tiene al gobierno muy mal en todas las encuestas de opinión pública. Ese desplome es indetenible. Los agarró el tobogán de la amargura.

Mientras Chávez enciende la hoguera a toda mecha contra los supuestos enemigos externos y quintas columnas y no se dedique a gobernar buscando solución a los problemas que aquejan a los venezolanos, continuará chamuscándose y en diciembre de 2012, con la paliza en las urnas electorales que será escandalosa, saldrá del gobierno bien quemado políticamente. A buen entendedor.

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