sábado, 5 de marzo de 2011

La credibilidad de Chávez

No hay nada más peligroso que la verdad
Hugo Rafael Chávez Frías (15 – 12 – 2010)
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.


Los gobernantes parecieran olvidar la célebre frase de Sir Francis Bacon. “La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad”. Es por eso que, “no hay nada más peligroso que la verdad”. En la cháchara del 15 de diciembre del año 2010, Chávez reconoció ese contexto. Hoy, podemos reiterar el consabido consejo de que, “hay que tener mucho cuidado con lo que se dice y afirma”, Esas aseveraciones se pueden convertir, en un cuchillo afilado, que se le coloca en la garganta a la credibilidad. No olvidemos, la sabia sentencia popular: “El pez muere por la boca” la cual siempre le machacaba el periodista José Vicente Rangel, durante la campaña presidencial del año 1998, al entonces candidato Hugo Chávez Frías. Memoria contra el olvido.

Chávez ofreció, una vez que asumió la Presidencia, luchar contra la corrupción. El tiempo demuestra lo contrario. No cumplió la promesa y pulverizó su verdad.

Aseguró que en su gobierno no habría nacionalizaciones y que por el contrario, se abriría todas las oportunidades para el capital privado (nacional y extranjero), trituró esa promesa y su credibilidad anda volando bajo.

Afirmó, que en Venezuela existía un déficits de millón y medio de viviendas y prometió que ese drama, cuando concluyera su período de gobierno (los 5 para los cuales fue electo) estaría solucionado al menos en un 50%. Lleva 12 años en el poder y el déficits de vivienda se ha acrecentado dramáticamente. La verdad la impone el tiempo, no hay dudas.

Obnubiló a muchos venezolanos, al ofrecer como la solución a los problemas de abastecimiento de productos agrícolas y, que contribuirían decisivamente a nuestra soberanía alimentaria, los cultivos organopónicos e hidropónicos. Todo resultó una farsa. La verdad al pasar los días, venció. Otra costosa mentira más.

Nos ofreció, que crearía la Ruta de la Empanada, como una forma de ayudar a promover nuestras especialidades culinarias y contribuir a consolidar la economía de nuestros humildes trabajadores informales que se dedican a esta noble actividad. Puro cuento chino.

Tuvo la ocurrencia de ofrecerle a los sectores populares, como una panacea a los problemas alimentarios y un impulso a la economía familiar, los gallineros verticales. En el tiempo brillan por su ausencia y nadie los menciona. La verdad, en el tiempo, volvió a florecer.

Prometió que reduciría el tamaño del estado, empezando por los ministerios reduciéndolos a 11 0 12 máximo y después de 12 años en el gobierno los aumentó a 27 o sea posee un cuerpo ministerial paquidérmico e ineficiente. Brilló la verdad de nuevo y la credibilidad se resquebrajó.

El caso más patético, que deja la credibilidad de Chávez muy maltrecha, es la presunta enemistad con el imperio. Nadie hace negocio con el enemigo, mucho menos si hay la presunción de que lo quieren matar. Disparo verbales contra el imperio y el chorro de petróleo no se detiene. Con esa mentira no engaña ni a los niños.

Chávez ofreció, que no cerraría medios de comunicación social, no sólo cerró a RCTV, sino que a los otros medios los mantiene bajo presión y los obliga a la autocensura. Lo que está a la vista, no deja lugar a dudas de su poco apego al cumplimiento de sus promesas. Muy poco apego a la verdad.

No olvidemos que el don más preciado para un gobernante y un líder político es su credibilidad. Esa presea hay que cuidarla como lo más importante en la actividad pública. La verdad, como decía el escritor estadounidense, Mark Twain, es lo más valioso que tenemos, economicémosla. Este gobierno pulveriza la verdad y la credibilidad de Chávez, está más devaluada que el bolívar frente al peso colombiano. Es la verdad y no hay nada más peligroso que la verdad.

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