sábado, 28 de mayo de 2011

La candidatura de Ledezma

Sólo la propia y personal experiencia hace al hombre sabio
Sigmund Freud (1856 – 1939)
Médico y neurólogo austríaco, fundador del psicoanálisis.


La experiencia hace la diferencia, dice acertadamente la sabiduría popular. El Dr. Antonio Ledezma, tiene una larga, positiva y dilatada carrera política. Obvio, abrazo la lucha social desde muy joven, fue escalando posiciones sobre la base de su constancia, dedicación, estudios, empeño, seriedad, responsabilidad y capacidad para el desempeño de la función pública y el liderato político. El liderazgo político, que ostenta, es producto de sus condiciones innatas para la dirección colectiva, un perseverante proceso de formación y la acumulación de muchas experiencias, que hoy, en la edad exacta de la madurez, lo califican para aspirar, ganar y desempeñar con sabiduría la primera magistratura del país. La edad es una de sus grandes fortalezas. Un transparente hombre público. Negarlo es mezquindad.

Venezuela vive tiempos turbulentos, los servicios públicos inservibles, la infraestructura nacional está en el suelo, la crisis económica y las graves fisuras sociales, emocionales y hasta familiares, que dejará el chavismo, son de tal magnitud, que requieriran de un timonel con experiencia, equilibrio emocional y la madurez suficiente para unificar el país, adelantar un proyecto de país concertado, tomar las medidas acertadas, adecuadas, firmes y no andar pensando en reelección. Ledezma demuestra, con su accionar político, que es el estadista para conducir la nave del estado en este período de transición. No tiene pretensiones de Mesías. y ya lo dijo. “Aspiro ser el presidente de la transición y por un solo período. Es un signo de lucidez, sabiduría, sentido de la realidad y demostración de un gran discernimiento para entender el papel histórico que le tocara jugar. No a la reelección y falsos Mesías.

Ledezma entiende que al obtener la primera magistratura, no puede dedicarse a labrarse una reelección y continuar la demagogia de este gobierno. No, eso forma parte de un pasado, que no se puede repetir más nunca en Venezuela. El nuevo Presidente tiene que rodearse de las mejores voluntades, estén dónde estén. No importa el color político y dedicarse a gobernar para todos los venezolanos. Los que asuman compromisos de gobierno tienen que asumir, junto al Presidente Ledezma, el deber patriótico de consagrarse, a tiempo completo, al servicio público. Exhibir conductas éticas, eficacia y eficiencia en el ejercicio del cargo para el cual sea designado y los partidos democráticos, que sean soporte del gobierno, deben ejercer una verdadera contraloría social y cumplir en rol que les corresponde como vínculo entre el poder y las comunidades. Hay que separar la burocracia pública de los cargos partidistas. Hay que recomponer la democracia. Zapatero a sus zapatos.

Hay que estar bien consciente y Ledezma, lo ha internalizado con gran sabiduría. El nuevo Presidente se encontrará con instituciones secuestradas y al servicio del chavismo. En ese escenario, habrá que tener la suficiente madurez, equilibrio y capacidad de discernimiento para ir, en el marco de la constitución y las leyes, reinstitucionalizando al país, colocando esas instituciones fundamentales de la democracia al servicio de la patria, de los venezolanos y de los ciudadanos. Esa será una tarea ciclópea que requerirá mucha sapiencia y gran conocimiento del funcionamiento del estado. Ledezma, lo conoce muy bien y esa es una gran ventaja. El primer servidor público tiene y debe ser un hombre con suficiente madurez, equilibrio emocional y experiencia. Esa es la clave para liderar con éxito la transición democrática.

Insisto, La experiencia hace la diferencia. En momentos de gran turbulencia política, social, económica y emocional, los países echan mano de sus mejores hombres y timoneles. Y Ledezma, sin descartar las virtudes de otros aspirantes, es en este momento, la mejor carta a jugar. Los venezolanos que participaremos en las primarias tenemos la palabra. Mucha sabiduría a la hora de elegir. Con Chávez, tenemos la experiencia, de elegir caras nuevas. No busquemos a Dios por los rincones.

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